sábado, 31 de diciembre de 2011

EL EFECTO MOZART SEGÚN CAMPBELL

Aprovechar el poder de la música
para sanar el cuerpo, fortalecer la mente y
liberar el espíritu creativo

Una joven aprende a vocalizar emociones y eclipsa en el proceso sus bloqueos psíquicos para la comunicación interpersonal, tan cara al éxito profesional como al desarrollo humano de conjunto.
Un paciente de Parkinson se aplica a tocar el arpa y percibe el desvanecimiento temporal de sus síntomas.
Un músico profesional (para variar, el autor), aquejado de traumatismo cerebral de alto riesgo, logra reducir en tiempo record su trombo de 4 cm casi al 100% mediante la imaginería sónica y la asistencia de fondo de las redes de oración.
... Y la relación expone tan sólo una reducida muestra de las aplicaciones potenciales y efectivas de la música que, de suyo, han invadido las esferas terapéutica, educativa, comercial y espiritual. En efecto, ya escuchada, canturreada, ejecutada instrumentalmente o imaginada, la música ha pasado de ser un conducto privilegiado de comunión con Dios, un condimento estético a nuestra vida o un recurso contracultural para nuestras protestas personales y colectivas, a reivindicarse como instrumento de sanación y ampliación del potencial humano.


Las anteriores realizaciones constituyen salidas de la moderna Musicoterapia, disciplina que conquista aceleradamente tanto acreditación científica como estima popular.
Este libro cubre en clave musical la cuasi-totalidad ontológica cognoscible, tendiendo una red de seda del Universo al Ser Humano, del nacimiento a la respiración final; y bajo perita dirección orquesta la inducción del neófito en los Misterios de la Música de las Esferas.
Otrosí, nos invita a reflexionar sobre:
  • Los equilibrios entre vivientes y otros componentes del Universo como un todo sistémico, entretejidos con vibraciones de luz, sonido, forma e intención, que son en último término responsables de la salud, la existencia misma y la evolución.
  • La urgente necesidad de una higiene sónica para nuestros actos y entornos vitales de proyección social.
  • La enfermedad (y la cura) vista como problema (y solución) musical.
  • Las dietas (en plural) musicales para enfermos y sanos.
  • El papel de la escucha y la postura; su educación.
  • La plétora de posibilidades para el desarrollo de una ciencia, un arte y un apostolado de la sanación.
  • El canal que el Universo tiende a través de determinados individuos (en lo que nos ocupa, Mozart) para la expresión de sus esplendores, por medio y a pesar del caos y orden singulares de "su-ser-y-sus-circunstancias".
    Para terminar, conviene incidir en tres puntos:
  • El rótulo "Efecto Mozart"(1) úsase para referirse a las propiedades armonizadoras, sanadoras o potenciadoras de la música del gran Amadeo (sentido restringido) y a las de toda música (sentido amplio, por antonomasia). Sólo en su segundo sentido, el término podría reemplazarse por "Efecto Bach", "Elvis" o el que aplique.
  • La musicoterapia, si bien con ancha banda de aplicaciones y efectos que van más allá de lo paliativo, no debe tratarse como panacea ni eximir al usuario de una consulta al profesionista correspondiente. Y
  • La musicoterapia supone más que la escucha pasiva de selecciones de música con propiedad terapéutica comprobada. El autor ha pasado revista a diversos componentes sónicos y para-sónicos que entran en juego en las terapias, ha citado descubrimientos científicos, instrumentos y recursos, técnicas y escuelas, cuya identificación e investigación dejamos por cuenta del lector.

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